lunes, 30 de junio de 2008

ESPACIO TIEMPO


Einstein, cambió tan profundamente la visión del Universo, que hizo que el espacio y el tiempo carecieran de significado por sí solos.

Él utilizó el concepto del universo como un sistema de cuatro dimensiones -la cuarta sería el tiempo-. Para los que no entienden los conceptos de dimensiones, se los pasaré a explicar. Se dice que el universo tiene tres dimensiones porque: una dimensión sería la representación de una línea, en la que sólo se necesita una coordenada para encontrar un punto determinado en ella; dos dimensiones sería un plano, en donde se necesita de dos coordenadas para encontrar algún punto determinado -la altura y la anchura. Ej.: 3 puntos hacia la izquierda y uno hacia arriba (partiendo de un punto 0, 0)-; y la tercera dimensión es por ejemplo un cubo, en donde necesitas de la altura, la anchura y la profundidad para poder encontrar un punto en él, es decir, de tres coordenada; el universo es así. En pocas palabras, todo depende de la cantidad de coordenadas que se necesiten para encontrar un punto, para definir la dimensión del objeto estudiado.


Einstein, con sus teorías, incluyó el concepto del tiempo, es decir, la cuarta coordenada (pero no se comporta de la misma forma que las anteriores coordenadas). Para encontrar un punto en el espacio no solo necesitas las tres coordenadas ya mencionadas, sino también la hora en que lo encontrarás allí. Por ejemplo, el vuelo de una mosca: ella no se encuentra siempre volando en el mismo punto, sino que se mueve por el espacio y a pesar de que pase por el mismo punto dos a más veces, nunca lo hará a la misma hora, sino que lo hará 2 o 3 o quien sabe cuantos segundos después.


El primero que utilizó el concepto de espacio-tiempo fue el matemático germano-ruso Hermann Minkowski en el año 1907; el fue unos de los maestros de Albert.


Cuando fue difundida esta noción del espacio-tiempo, trajo consigo también varias polémicas entre los físicos sobre la idea del retraso de los relojes. "Un reloj en movimiento -dijo él- marca el tiempo con más lentitud que uno que no lo está. A decir verdad, todos los fenómenos que evolucionan con el tiempo lo hacen más lentamente cuando se mueven que cuando están en reposo, lo cual equivale a decir que propio tiempo se retrasa. A velocidades ordinarias, el efecto es inapreciable, pero a 262.000 km./seg., un reloj parecería (a un observador que lo viera pasar fugazmente ante sí) que tarda dos segundos en marcar un segundo. Y, a la velocidad de la luz, el tiempo se paralizaría."


La dimensión «tiempo» es más perturbadora que las otras dos relacionadas con la longitud y el peso. Si un objeto se reduce a la mitad de su longitud y luego recupera el tamaño normal o su peso para volver seguidamente al peso normal, no dejará rastro de ese cambio temporal y, por tanto, no puede haber controversia entre los criterios opuestos.

Sin embargo, el tiempo es una cosa acumulativa. Por ejemplo, un reloj sobre el planeta X parece funcionar a media marcha debido a la gran velocidad de traslación; si lo mantenemos así durante una hora y luego lo llevamos a un lugar estático, su maquinaria reanudará la marcha ordinaria pero habrá quedado una marca: ¡media hora de retraso! Veamos otro ejemplo. Si dos barcos se cruzan y los observadores de cada uno estiman que el otro se traslada a 262.000 km./seg. y su reloj funciona a media marcha, cuando las dos naves se crucen otra vez los observadores de cada una pensarán que el reloj de la otra lleva media hora de retraso con respecto al suyo. Pero, ¿es posible que cada reloj lleve media hora de retraso con respecto al otro? ¡No! ¿Qué pensar entonces? Se ha denominado a este problema «la paradoja del reloj».

Realmente no existe tal paradoja. Si un barco pasase cual un rayo ante el otro y las tripulaciones de ambos jurasen que el reloj del otro iba retrasado, poco importaría saber cuál de los dos relojes era verdaderamente, el retrasado porque ambos barcos se separarían para siempre. Los dos relojes no concurrirían jamás en el mismo lugar ni a la misma hora para permitir una comprobación y la paradoja del reloj no se plantearía nunca más. Ciertamente, la Teoría especial de la relatividad de Einstein es aplicable tan sólo al movimiento uniforme, y por tanto aquí estamos hablando únicamente de una separación definitiva.


Supongamos, empero, que los dos barcos se cruzasen nuevamente después del fugaz encuentro y entonces fuese posible comparar ambos relojes. Para que sucediese tal cosa debería mediar un nuevo factor: sería preciso que uno de los barcos acelerase su marcha. Supongamos que lo hiciera el barco B como sigue: primero reduciendo la velocidad para trazar un inmenso arco y orientarse en dirección de A, luego avanzando aceleradamente hasta el encuentro con A. Desde luego, B podría considerarse en una posición estacionaria, pues, teniendo presente su forma de orientarse, sería A el autor de todo el cambio acelerado hacia atrás para encontrarse con B. Si esos dos barcos fueran lo único existente en el Universo, la simetría mantendría viva ciertamente la paradoja del reloj.


Ahora bien, A y B no son lo único existente en el Universo, y ello desbarata la simetría. Cuando B acelera no toma solamente A como referencia, sino también el resto del Universo. Si B opta por verse en posición estacionaria no debe considerar que solamente A acelera respecto a él, sino también todas las galaxias sin excepción. Resumiendo: es el enfrentamiento de B con el Universo: En tales circunstancias el reloj atrasado será el de B, no el de A.


Esto afecta a las nociones sobre viajes espaciales. Si los astronautas se trasladaran a la velocidad de la luz cuando abandonasen la Tierra, el transcurso de su tiempo sería más lento que el del nuestro.


Los viajeros del espacio podrían alcanzar un destino remoto y regresar al cabo de una semana -según lo entenderían ellos-, aunque verdaderamente habrían transcurrido muchos siglos sobre la Tierra. Si el tiempo se retarda realmente con el movimiento, una persona podrá hacer el viaje de ida y vuelta hasta una estrella distante. Pero, desde luego, deberá despedirse para siempre de su propia generación y del mundo que conoció, pues cuando regrese encontrará un mundo del futuro, pues cuando regrese encontrará un mundo del fut
uro.